El Embate Contra la Cultura Nacional


El legado natural y cultural heredado de nuestros ancestros debe ser hoy -una vez más- amparado de la ola privatizadora que le apunta. Frente a los embates al patrimonio de nuestras sociedades en forma de más daño al medio natural, de apertura a la industria cultural transfronteriza o la reducción de nuestro patrimonio indígena a simple “mexican curious”, es imperativo formar una valla con las armas del intelecto y del conocimiento.

Los aquí reunidos esperamos contribuir no sólo para conservar lo natural y lo cultural pasivamente, sino para su rescate, protección y enriquecimiento en aras del orgullo nacional y el bienestar físico y espiritual de nuestra sociedad acorde al tiempo que se vive.

Los tres días de reflexión e intercambio de conocimientos que tendremos, difícilmente evitarán, aquí y ahora, el peligro de ser engullidos por la marejada de basura cultural globalizada y deterioro ambiental que invade nuestro subcontinente, o la creciente brecha científico tecnológica que nos separa de los países ricos. Esperamos no obstante, poder llamar la atención de las instituciones sobre los peligros de la crisis actual para la sustentabilidad de nuestras naciones en diversos aspectos que desembocan en el debate del patrimonio cultural, el patrimonio natural y su marco investigativo.

La mutación que se vive es espectacular y requiere ser estudiada ¿Quién educa más y mejor: el cine, la video o la historieta panfletaria? ¿Un profesor de a 10 dólares la hora de clase en la escuela, muchas veces alejada de casa? o ¿Una TV novela de a 100 000 dólares la hora de producción, directa a la intimidad del hogar? ¿Qué sector satisface más los intereses de conocimiento en el joven mexicano: una ciencia local que sólo invierte el 0.3% del PIB o la producción musical de una “Meca” europea o de Miami con el 3% de su PIB invertido?.

“Las preguntas de los próximos años sobre lo que va a ocurrir con las culturas latinoamericanas tienen que ver con los sitios arqueológicos y los museos, los barrios históricos y las obras magnas del arte, pero más aún con los libros y videos, con la posibilidad de mantener y expandir industrias musicales y cinematográficas que nos representen; y por supuesto, con la formación de consumidores, que no significa sólo clientes, sino lectores, cinéfilos, usuarios de Internet. En estos escenarios mediáticos se forman hoy, junto a la escuela, los nuevos ciudadanos”, nos ha señalado recientemente Néstor García Canclini, en un comentario provocador que no puede menos que llevarnos a una reflexión inquietante, habida cuenta de la crisis socio económica que sobredetermina a nuestros países.